sábado, 2 de noviembre de 2013

Jugando a Dios con una laptop vieja

Ai les va una de miedo para Jalogüin. Bueno, no tanto

 

Por Carlos Martínez


La mayor parte del día la paso trabajando con una laptop Toshiba Satellite C655D, con dos gigas en RAM y un disco duro de 296GB, la cual debo decir que es la peor máquina que he tenido en mi vida. Tarda mucho en iniciar y tiene la mala costumbre de actualizarse en el peor momento posible. Okay, reconozco que exagero, pero en verdad necesito algo más rápido, al menos para escribir únicamente. Y para mi sorpresa, lo encontré en el lugar menos esperado.

Tengo una laptop viejísima, literalmente del año del caldo. Se trata de una Fujitsu Lifebook 735Dx, construida alrededor de 1997 y originalmente con Windows 95 instalado, así como 16 megas de memoria en RAM, un procesador MMX de 133mhz, disco duro de 1.5GB y un conector USB, además de los seriales para teclado y ratón. Esta máquina, además, registró una caída en algún momento de su existencia (¿Fue en 1998, 1999?) y quedó con una fuerte rajadura en la esquina izquierda de la pantalla, motivo por el cual se fue al baúl de las cosas viejas, junto con unos 500 cassettes y otras reliquias.

La semana pasada la encontré al buscar algunas cosas para Día de Muertos y decidí sacarla. La cargué y respondió casi de inmediato, lo cual me agradó. Luego, con plastilina epóxica reparé la esquina rota, dejando un feo parche verde, y después de un par de horas me le acerqué otra vez, tratando de decidir si la regresaba al baúl. Y entonces decidí darle nueva vida.

 
Se ve feo, pero funcionó.


Como si fuera el monstruo de Frankenstein, lo primero es conseguir un cerebro, o al menos algo similar, sin gastar mucho dinero. La plataforma laptop es especialmente difícil de actualizar si no se tienen conocimientos técnicos amplios y es algo complicado cambiar el disco duro por uno de mayor capacidad, por lo que la mejor alternativa es cambiar el RAM y luego actualizar, tanto como se pueda, el sistema operativo. Si no se puede con el cerebro, entonces vamos con el cerebelo.

La sustitución de RAM la pude hacer en base a las especificaciones de fábrica de la laptop, que contemplaban como capacidad máxima operativa una memoria de 64 megas. Luego de localizarla en Mercado Libre, a un costo de 80 pesos, se la coloqué y la máquina funcionó maravillosamente. Sin embargo, Windows 95 es prácticamente inútil en la actualidad, así que primero instalé una copia de Windows98SE, la cual corría bastante bien, pero no me dejaba manejar adecuadamente archivos como los de Office 2010, así que decidí buscar otra opción.

Básicamente, lo que hice fue instalar el hermano mayor del venerado sistema operativo Windows XP, o sea el Windows 2000. Windows 2000 procede de la familia NT y se puede considerar el primer paso de Microsoft hacia un sistema funcional y sólido, luego de las fuertes críticas que la empresa recibió con el Windows ME, la edición personal para conmemorar el cambio de milenio que estaba llena de problemas y deficiencias, además de ser blanco constante de ataques con virus.

Windows 2000 en español tiene un costo en la actualidad de unos 100 pesos y la licencia puede ser fácilmente encontrada en internet, además de cumplir con las especificaciones de sistema de la máquina, aunque casi llenando el disco duro. Eso presentaba un problema al momento de inicializar y trabajar con los programas preinstalados, especialmente con la versión anticuada de Internet Explorer, un navegador que francamente detesto y que de por sí no servía adecuadamente, lo cual me obligó a buscar una solución que optimizara la funcionalidad de la máquina.

Tuneando la máquina


Buscando y buscando en la red me encontré con la empresa LitePC, que ofrece una serie de programas que permiten «limpiar» los sistemas operativos de Microsoft, concretamente Windows98SE, Windows 2000 y Windows XP. Esta limpieza consiste en retirar el navegador Explorer, Windows Media Player, los juegos y programas que podría ser superfluos como Wordpad y Notepad, que realmente no se necesitan si se tiene un procesador de texto en forma y otras cosas más. La compra me salió en 40 dólares, pagados con tarjeta y que se traducen a unos 560 pesos mexicanos.

Es aquí donde empecé a tener serias dudas: ¿No atentaba contra las leyes de la naturaleza al tratar de darle nueva vida a un fiambre? ¿No estaba invirtiendo demasiado tiempo y dinero en esta cosa? Pero fue entonces cuando me acordé que esta máquina, nueva, creo que me costó como 2.000 dólares en Miami, así que consideré que después de todo era una inversión mínima para no desaprovechar una mayor.

Además, me encanta tunear mis computadoras.

Como sea, ahí fue donde se terminaron los gastos y las dudas consecuentes, y empecé a buscar alternativas para los programas que había desinstalado, como el navegador y los editores de texto. Mi navegador favorito en la Toshiba es el Firefox de Mozilla, pero este resultaba demasiado grande para la Fujitsu, así que busqué entre sus familiares una mejor opción, preferentemente una pequeña y con la misma funcionalidad. Y es aquí donde me decidí por el llamado K-Meleon.

El divisor de puertos USB y las entrañas del mp3 viejo.
K-Meleon puede considerarse una versión pequeña de Firefox, al basarse en el mismo motor de composición de páginas que éste, el Gecko. Al igual que Firefox es extremadamente personalizable y es bastante rápido, y mucho más pequeño. A pesar de eso, y para dejar libre en su mayor parte el disco duro, instalé este y otros programas en un viejo reproductor mp3 de 2GB habilitado como un disco duro externo, sin afectar su funcionalidad para nada.

Una vez instalado el navegador, el siguiente paso era encontrar un paquete de ofimática adecuado. OpenOffice es enorme y no corre en la máquina, mientras que el Office97 que tengo desde hace miles de años guardado junto a la Fujitsu no me sirve al no abrir archivos de Office2010. La alternativa vino en la forma de un paquete producido por una empresa alemana.

Softmaker produce paquetería de oficina para Windows, Linux y Android, la cual es consistentemente considerada como una excelente alternativa para los productos de Microsoft y los derivados de OpenOffice por su funcionalidad y menor tamaño en disco.

Además, ofrece una versión gratuita para Windows y Linux que no le pide nada a los otros paquetes más conocidos y es capaz de editar formatos de texto actuales, junto con presentaciones y tablas. Una ventaja adicional es que la versión para Windows puede ser copiada a una memoria USB para correrla de manera portátil en cualquier máquina, pero de eso hablaremos otro día.

El siguiente elemento es el muy necesario antivirus, pero esto presenta un problema práctico. Dadas las limitaciones del procesador y la memoria, cualquier sistema de protección activo como Norton, Avast o Panda consume demasiados recursos y afecta el rendimiento de la máquina. Otra solución, el descargar una versión vieja del antivirus, queda descontada por puro sentido común, así que tuve que buscar algo mejor.

Y algo mejor resultó el llamado ClamWin, el cual tiene la particularidad de no estar continuamente activo, sino que debe ser puesto en marcha manualmente para iniciar una búsqueda, en el disco duro, memorias y RAM. Esto puede ser algo lento en una máquina vieja, pero el escaneo se puede dejar trabajando durante la noche y en un par de horas tiene resultados y presenta la opción de eliminar o aislar el archivo peligroso.

Una vez instalados los tres paquetes más necesarios me puse a implementar más programas.

Para la lectura de PDF instalé el pequeño Sumatra, que también lee formatos de libros y cómics electrónicos, entre otros, Irfanview como visor y editor de imágenes, PDF creator para crear archivos PDF desde cualquiera de mis aplicaciones, win-rar como compresor y descompresor de archivos, y mi copia de Final Draft 7 para guiones. Final Draft no es un programa gratis y simplemente me limité a instalar otra copia en la máquina actualizada.


Y solamente por ganas de dar lata, coloqué una versión antigua y compatible con Windows 2000 de Foobar2000, la cual no me permite editar o convertir CDs o archivos de música de un formato a otro, pero sí me deja escuchar los archivos FLAC y mp3 que tengo en mi reproductor Colorfly C3, además de cargar éste y mi teléfono mediante un divisor de puertos USB que me costó otros 45 pesos.



Y así, ya tengo en la recámara otro sistema en el cual puedo editar archivos, manipular imágenes hasta cierto grado y navegar por internet, todo por un costo menor a los 800 pesos.

Y ahora, un tanque NOS


Fondo negro con un tierno cachorro de hombre lobo.
Las cosas no quedaron ahí. Para aumentar la velocidad de inicio de la máquina, eliminé todos los íconos del escritorio y los coloqué en la barra de tareas y luego dejé el escritorio casi completamente en negro, con lo cual le bajé unos 30 segundos a un tiempo de inicialización de casi 80 segundos.

En muchos sentidos, la máquina resulta más eficiente que la Toshiba, sobre todo al usarla para escribir y traducir material, aunque no se compara en otras funciones como la navegación y la edición de imágenes o audios, ya que simplemente no tiene la capacidad de manejar programas muy complicados.

También estoy consciente de que pude haber buscado una alternativa en Linux, como por ejemplo una variante de Puppy o DSL, pero a decir verdad decidí quedarme en Windows por el uso de Final Draft y no querer adquirir una licencia nueva. Además, las versiones live CD de esos sistemas nunca pudieron reconocer la tarjeta de audio de la Fujitsu y la verdad yo no sé trabajar sin música.

En fin, una metodología similar se puede adaptar para cualquier máquina que se tenga arrumbada por ahí, de escritorio o laptop, sobre todo una que se quiera destinar exclusivamente al procesamiento de palabras o navegación, como puede ser un segundo sistema para la casa, una máquina para una persona mayor o una para un estudiante, especialmente uno joven que se pueda distraer de sus labores a causa del hipnótico solitario de Microsoft o se la quiera pasar jugando Minecraft o conectado a Facebook.

Yo por lo pronto le quité los juegos y el solitario, ya que por aquello de la falta de inspiración luego pierdo mucho tiempo con esas cosas. Y lo mejor de todo, es que la Fujitsu todavía no se ha vuelto en mi contra ni, por el momento, me ha pedido una pareja.



viernes, 1 de noviembre de 2013

Ya lo dijo el que lo dijo

Hola. Abro ahora un nuevo blog, al menos uno que quiero seguir periódicamente y en el cual pienso publicar de todo. Creo que es un paso necesario al  buscar proyección, por lo que tendré buenos contenidos y algo más. Después de todo, escribo para vivir y vivo para escribir. Entonces, nos vemos por acá. Besos y abrazos.